miércoles, 22 de octubre de 2008

¿Qué país queremos?

El Jefe de Gobierno dice que no les puede aumentar a los maestros. Dice que no hay plata. Dice que cobran de promedio $3400 por mes. Dice que “no tienen perdón de Dios” por dejar a los chicos sin clases. Dice. Y dice. Y dice.
Porque hacer, no hace nada. Salvo que todos se crean que pavimentar calles es el principal deber del Estado. Hace un año que tomó posesión neta del sillón de la Jefatura de Gobierno porteña, pero desde hace casi 3 que viene decidiendo (él y sus “gestionadores”) los caminos a seguir de Buenos Aires_ recordar el co-gobierno con Telerman.
Macri dice que la Ciudad no tiene plata, pero cuando hace unos días se hizo una sesión en la Legislatura para tratar la reasignación de presupuestos, hizo retirar a todo su bloque para no dar el quórum. Macri dice que no tiene plata, pero desde que asumió subieron el ABL, los peajes y volvieron las fotomultas. Macri dice que no tiene plata… pero lo que no dice es que sí la tiene, pero no quiere “gastarla” en educación. ¿Por qué? Porque la considera un gasto, y no un derecho y una inversión a futuro. Y porque un pueblo sin educación es más fácil de dominar. En resumidas cuentas: porque es un neoliberal, y así piensan los neoliberales (tuvimos uno en la Rosada en los 90, ¿se acuerdan?).

Por otra parte, el país afronta la peor crisis económica mundial de manera tranquila y sin posibilidades de naufragar (clase media: recuerden cómo estaban en el 2001, después de diez años de fantasía). La debacle económica en Norteamérica y Europa, causada por los grandes bancos, provoca despidos masivos, cierres de negocios y gente que queda en la calle, sin casa ni trabajo. Esos grandes grupos bancarios, que tuvieron que ser salvados con la plata de los distintos Estados (es decir, de los contribuyentes. Es decir, de gente como vos y como yo.) son los mismos que se llevaron la plata del país en el 2001, son los mismos que compraron los bancos argentinos en los 90 a precios aberrantes (por lo bajos) y son los mismos que administran nuestras jubilaciones. Ahora el Estado argentino decide, coherentemente, nacionalizar esos fondos para garantizar a los que hoy trabajan, que mañana tengan una jubilación digna, o que al menos la tengan. También es una clara medida preventiva en lo económico. De esta manera, los fondos se quedarán el país y avitarán así una masiva fuga de capitales por parte de las AFJP. Pero en lugar de preguntarnos si la decisión es correcta, si el Estado está capacitado para administrar tantos sueldos, lo que hacemos es despotricar diciendo que el Gobierno lo hace solamente para agrandar su caja…

La pregunta que todos tenemos que hacernos es: “¿Cuál es el país que queremos?” ¿El país que nos ofrece Macri y su grupo de técnicos inoperantes que vienen a hacer del Estado porteño una empresa? ¿El país que nos pinta el Grupo Clarín, en el que está todo mal, nos hundimos en arena movediza y no estamos firmes y en plena remontada económica y social? ¿El país que nos inventan los lobbystas Bonelli, Silvestre, Van Der Kooy, Julio Blanc o Morales Solá? ¿El país que piden y exigen los grandes productores del campo que lo único que buscan es llenar sus camiones de soja y sus cuentas de dólares, sin pensar en el resto de la Argentina?

El Grupo Clarín claramente apunta a provocar una crisis, para que así se produzca otra devaluación y puedan licuar aun más su millonaria deuda. Pero la gente se sigue dejando engañar por los discursos de estos pseudoperiodistas (que profesión bastardeada me elegí…) que lo único que quieren es satisfacer a su patrón de turno y que el día de mañana se van a tener que esconder cuando la sociedad se de realmente cuenta de lo que están tratando de hacer, como les pasó a tipos como Neustadt y Grondona.
Cabe recordar al campo en este momento. Momento en el que la soja está muy por debajo del precio que tenía a principio de año y… ¿saben qué? De haber aprobado la resolución 125, hoy el sector estaría recibiendo más plata que la que reciben actualmente… Andan diciendo por ahí, que las bases van a cortar cabezas (léase Bussi, Miguens, etc.). Y la clase media apoyó a estos muchachos…

Alguna vez tenemos que dejar de pensar en lo individual, y pensar en lo colectivo. Alguna vez, tenemos que ubicarnos en el lugar que nos corresponde, y no exigir irrealidades. Somos argentinos, y la gran mayoría, bien o mal, tenemos nuestros puntos flojos. Si pasamos en rojo el semáforo, es porque “no lo vi”. Si el perro caga en la calle y no lo limpiamos, es porque me olvidé la bolsa. Si no pagamos un impuesto es porque nadie lo paga, para qué lo voy a pagar yo. Si nos mandamos alguna, siempre hay una excusa.
Los políticos que tenemos, son un reflejo de lo que somos como sociedad. El gobierno nacional no es un oasis de moralidad y buena gobernabilidad. Los De Vido, los Moyano, los Trenes Bala, la situación de la salud y la educación en el país... Esos son los puntos donde tenemos que apuntar, y debemos apuntar, al criticar al kirchnerismo. Pero tenemos que abrir los ojos. Bien abiertos. Latinoamérica parece unida como nunca. El Gobierno nacional apoya de manera activa a gobiernos socialistas como los de Venezuela y Bolivia. Nosotros tenemos que apoyar también a esos gobiernos, en lugar de descalificar a Chávez o Evo porque no nos gustan. Estamos ante una oportunidad única. No hay que dejarla pasar, no hay que dejar que nos pongan más palos en la rueda. Tenemos que aprovecharlo.

martes, 8 de julio de 2008

"Hay que disolver el Congreso"

Cuatro meses de conflicto no alcanzaron para limar asperezas entre el Gobierno y el campo. La Presidenta Cristina Fernández mandó las retenciones al Congreso (institución democrática por excelencia, donde se supone están los representantes del pueblo) para que sean tratadas y se conviertan en ley, con algunas de las modificaciones que pedía el sector agrario. El proyecto fue aprobado por diputados, inclusive con más cambios que favorecen al campo, como los subsidios al transporte a los productores que estén a más de 400 km de un puerto, compensaciones para los pequeños y medianos productores (hasta 1500 toneladas) y fondos para agriculturas familiares, que fueron quitados a la creación de hospitales que había anunciado la presidencia hace algunos días. Pero parece que esto tampoco satisfizo al campo, que ya amenazó con desoír al Congreso si la ley es aprobada y volver a las rutas, cortando nuevamente el paso de todas las mercaderías, desabasteciendo así el mercado interno y provocando una nueva estampida inflacionaria. Lo que proponene, ni más ni menos, es pasar por encima todas las instituciones democráticas, como ya lo hicieron durante décadas con los gobiernos militares.

¿Qué es lo que reclama el campo exactamente? Ellos dicen que simplemente quieren que les bajen las retenciones al nivel que estaban el 11 de marzo, es decir, al 35 por ciento. Pero si se analizan detenidamente las declaraciones de unos y otros representantes del sector agrario, se llega a la conclusión de que no es tan así. El modelo de país es lo que se está cuestionando. ¿Cuál es el modelo de país que quiere el campo? Es simple: ellos piden volver al viejo modelo agro-exportador, que el Gobierno no intervenga en el comercio de granos con el exterior, y que todas las inversiones vayan al sector agrario y no al industrial o a las pymes de las ciudades, ya que el campo se considera así mismo como el motor de la patria (ya explicaré más adelante que no es así). “Hay que disolver el Congreso si se aprueba el proyecto sobre retenciones”, declaró hace unos días el vicepresidente de la CRA Ricardo Buryaile, mostrando una total falta de respeto hacia las instituciones democráticas.
La afirmación de que “el campo es el motor del país” no es ni más ni menos que una fanfarronada sin sustento alguno. Imaginando que se les quitaran las retenciones totalmente, como en realidad ellos piden, y que las inversiones se vuelquen masivamente al sector, el campo no podría generar una gran cantidad de fuentes de trabajo. A lo sumo, se podía hablar de unos 3 millones de puestos de trabajo, en total, cuando la población activa se ubica en 16 millones de personas. Claro que esto para el campo no es un problema. La gente que vive en la ciudad no es parte de su “patria”. El campo cuida su quintita y, mientras siga generando ganancias para sus propietarios, el resto que se embrome.

Lo que el sector agrario no quiere aceptar, es que están en esta situación privilegiada gracias al Gobierno actual, que mantiene un dólar alto para que los productos internos sean competitivos, muy competitivos debido a los precios internacionales. El Gobierno lo único que exige es quedarse con las ganancias extraordinarias de la soja, y no mucho más. A primera vista, un 44 por ciento parece excesivo, pero cuando se ven los números reales, uno se da cuenta de que no es tan así. Otro de los objetivos del Gobierno es evitar la sojización del campo, ya que las plantaciones de soja ya superan el 50 por ciento del total, y amenazan con seguir creciendo, dejando de lado otros productos de vital importancia como el maíz, el trigo e incluso la ganadería y el sector lácteo, que van perdiendo lugar. Si se tratara simplemente de números, la discusión no tendría lógica: sería obvio que conviene que todos se pongan a plantar soja y ganen plata. Pero el problema es que no se trata sólo de dinero, sino que se trata de los alimentos vitales para la población argentina, los alimentos que consumimos los argentinos, entre los que NO está la soja.
Hace poco en CQC fueron a un campo de 800 hectáreas a preguntarle al productor cuánto costaban el tractor y la cosechadora que tenía allí y que había adquirido en los últimos años. La respuesta fue la siguiente: el tractor costaba algo así como U$S 160.000 y la cosechadora cerca de U$S 200.000. Aquí habría que hacerse varias preguntas: ¿Cómo hizo este mediano productor para comprar maquinaria por 360 mil dólares? Lo hizo producto de su trabajo, de la competitividad de la soja que él cosecha gracias al dólar barato. Ahora bien, ¿para qué compró, un productor mediano, maquinarias por 360 mil dólares, cuando bien podría alquilarlas o contratar a empresas para que hagan el trabajo? Una de las pocas cosas que un emprendedor tiene que saber cuando pone un negocio, es si tiene el capital para cubrir todos los gastos. ¿Cuánto tardará este buen hombre para amortizar el tractor y la cosechadora? Seguramente, muchos años. Si es que las llega a amortizar… La otra mirada que se puede hacer es: si el productor pudo gastarse U$S 360.000, es que la ganancia que tuvo en los últimos años fue bien grande.

Otro de los factores fundamentales en este conflicto son los medios de comunicación. El Grupo Clarín (diario Clarín, La Nación, Canal 13, TN, etc.) parece empecinado en criticar al Gobierno desde cualquier punto de vista, de agrandar el conflicto y de apoyar cualquier manifestación posible a favor del campo. Lo extraño de todo esto (no muy extraño en realidad) es ver y escuchar y leer a todos esos periodistas que parecían progres levantando la bandera del campo como si la fuera la suya propia, simplemente porque sus patrones están peleados con el Gobierno. A esta altura, ya empieza a ser sospechosa tanta animosidad contra Cristina Fernández y su gobierno. ¿Tendrá el Grupo Clarín intereses puestos en el campo? Es solo una pregunta, pero la respuesta parece obvia.

lunes, 9 de junio de 2008

El tránsito PRO

Alguna vez declaró, muy risueño, que las fotomultas a él lo perjudicaban porque es "un desastre manejando". Como si pasar un semáforo en rojo o estacionar en lugares indebidos fuera una travesura y no una violación de una ley, además del deber ético de respetar las normas de la sociedad. Nada mencionó, en aquella ocasión, de que el Grupo Plaza, propiedad suya, dueño de unas cuentas líneas de colectivos, no pagaba ninguna multa por tener arreglos con la empresa que concesiona este "servicio". Igual volvió a hablar del asunto.
Mauricio Macri nuevamente salió al ruedo, como cada tanto. El Jefe de Gobierno se descargó con una batería de medidas para reordenar el tránsito: carriles exclusivos para taxis y colectivos, carriles reversibles en algunas avenidas ( ¿en Avenida Santa Fe??? ), encarecimiento de peajes en horas picos, aumento en el monto de las multas y el resurgimiento del sistema de fotomultas, derogado por él mismo apenas asumió (raro, ¿no?). El que piensa que estas medidas solo apuntan a recaudar, le digo que abra un poco su mente, sea más PRO, y vea más allá de eso. Acusar a Macri de pensar solo en negocios (¿o negociados?) es de mala leche, y totalmente infundado.
Hablando un poco en serio, es de obtuso creer que el que va al centro en auto va a dejar de hacerlo porque le pasen a cobrar el peaje de 2 a 4 pesos, o que va a manejar mejor porque la multa por pasar en rojo se duplica. Todos sabemos que estas multas, además, las pagan los de siempre, los que menos tienen. Estos "técnicos" que consignaron este brillante plan, seguro habrán tenido en cuenta que la gente, antes de dejar el auto en el garage y agobiarse en el transporte público, optarán por esquivar los peajes e inundarán las avenidas que se dirigen al centro porteño.
Una de las medidas que mayor placer le habrá dado anunciar al ex presi de Boca, es la de prohibir las marchas en la Capital Federal que no sean previamente avisadas y autorizadas por el Gobierno porteño. Vale preguntarse entonces, cómo procederá Macri ante un corte de calles promovido por estudiantes de un colegio sin estufas en invierno, o de trabajadores de un hospital sin insumos, por citar algunos ejemplos. Hace poco vino Luis Palau y cortó 9 de julio y Corrientes por un acto evangelista en pleno horario pico de salida del trabajo. Y el Gobierno lo autorizó. ¿Esto no causó problemas en el tránsito?
Una vez más, Macri demuestra su incapacidad para gobernar, su pobre manejo de las cuestiones sociales y su intolerancia para con la gente que ose levantar la voz en su contra.
Porteños, ustedes sabrán a quien votaron. A aguantar lo que se venga...

martes, 25 de marzo de 2008

Ni blanco ni negro: gris...

El campo contra el Gobierno. El Gobierno contra el campo. Parece un capítulo de un libro de historia Argentina, allá por el siglo XIX. Pero no lo es. Es en el siglo XXI, es en el 2008, es hoy. Claro que, como siempre, los que quedamos en el medio del conflicto somos los mismos. No me imagino a Cristina o a los del agro con falta de carne o verduras por culpa del paro, ¿no?...

La suba de las retenciones fue una determinación lógica, pero también desmesurada. Incomprensible es el hecho de que el Gobierno no haya hecho distinciones entre los grandes propietarios que atesoran más de la mitad de las tierras, de los medianos y pequeños, a quienes realmente afectan las medidas aplicadas el 11 de marzo. ¿Por qué esa costumbre tan argentina de generalizar y meter a todos en la misma bolsa? ¿Por qué el sector agrario no admite de una vez por todas que se está viendo beneficiado por el sistema de dólar alto aplicado por el Gobierno? ¿Por qué tanta hipocresía, si todos sabemos que los beneficiados son siempre los mismos, y también los perjudicados…?

La gente salió espontáneamente a las calles como hacía tiempo no se veía. El Gobierno respondió mandando a las agrupaciones oficialistas a copar la calle que la gente, pacíficamente, había tomado para protestar, para manifestarse, y de la cual fue echada. ¿Qué hay detrás de tanto apoyo repentino al campo? ¿Qué hay detrás de tanto resentimiento repentino contra el campo? ¿Por qué Elisa Carrió desde hace tiempo parece la vocera de este sector? ¿Cuándo vamos a aprender a funcionar como una verdadera sociedad, ayudándonos, apoyándonos, con verdadera solidaridad? ¿Por qué quieren enfrentar a la gente del campo con la de la ciudad?

Repasando un poco el panorama actual, para tenerlo más claro y no hablar sin al menos un mínimo sustento de datos de la realidad, se puede decir que el precio de la carne, los lácteos y todos los productos del agro están por las nubes. La lógica indicaría, si todo fuera honesto y viviéramos en una sociedad solidaria, que los insumos de estos productos multiplicaron sus precios en los últimos años. Pero como todos saben, esto no es verdad. Los precios de los commodities son los que impulsan el alza, al tener un valor en el mercado externo muy provechoso para el productor local. Claro que este productor local, antes de levantar la bandera del liberalismo económico al grito de “yo le vendo mi mercancía a quien quiera, y el mejor precio está afuera, por lo tanto si ustedes (argentinos) quieren mi producto, páguenlo a precio internacional así yo sigo ganando el máximo sin importar de donde obtengo mis ganancias” , debería tener en cuenta que la competitividad de sus productos se debe al plan económico que está implementando el Gobierno de la Argentina, país en el que habitan y, en este caso, aprovechan sus leyes y ventajas. Solidaridad, un poco, al menos, no vendría nada mal.

De redistribución se trata todo esto, ni más ni menos. Que un sector que en este momento está en una muy buena posición, pueda financiar a otro que no lo está. Que parte de esa plata vaya a los que realmente la necesitan. Quizás esto es lo que más debería criticársele a Cristina Fernández y su política social y económica. Y aquí es donde el campo debería centrar sus protestas. En los últimos años no se han hecho prácticamente obras de infraestructura para apoyar al sector agropecuario (que aporta, y mucho, a la economía del país), ya sean diques para evitar los anegamientos de los campos cuando suben los ríos, la reactivación de vías férreas (el tren bala a Rosario no cuenta…) o la creación de rutas en buen estado para el traslado de mercaderías del campo al puerto de Buenos Aires.
La realidad es que este paro perjudica absolutamente a todos pero, como siempre, los que lo vamos a notar vamos a ser los mismos de siempre…

El lector notará la desproligidad de la nota, encimismando opiniones, pero esa es la intención. No mostrar un solo punto de vista. Ni blanco ni negro, gris…

martes, 19 de febrero de 2008

Bush decide vetar una ley antitortura

El viernes pasado (15 de febrero) apareció en los diarios porteños una noticia cuanto menos escalofriante, que fue tratada con mucha displicencia por los medios nacionales. El caso es que el presidente estadounidense George W. Bush decidió vetar un proyecto de ley de su país, que prohibiría el método de tortura conocido como “submarino” (que consiste en simular un ahogamiento durante un interrogatorio, método célebre mostrado en muchas películas yanquis). La excusa para semejante aberración a los derechos humanos, según un portavoz de la Casa Blanca, es que los Estados Unidos necesitan protegerse de eventuales ataques terroristas, y es por ello que precisan de cualquier tipo de ayuda en los interrogatorios, pero siempre en el marco “legal” de su país, de allí la necesidad de suprimir cualquier intento de ley que prohíba al submarino.
El problema surgió luego de que el jefe de la CIA, Michael Hayden, reconoció haber aplicado el sistema de tortura conocido en Estados Unidos como “Waterboarding” a 3 prisioneros de Al Qaeda. Vale recordar que Hayden ya estuvo envuelto en un escándalo a finales del año pasado cuando fue acusado de destruir videos de interrogatorios de la CIA a dos miembros de Al Qaeda en los que supuestamente se mostraban actos de tortura. Esto que se menciona aquí y que para cualquiera de los más de 6.000 millones de habitantes del planeta significa tortura y por lo tanto es ilegal, no lo es para el gobierno estadounidense: "La tortura es ilegal. Cada técnica avanzada (el submarino, por caso) utilizada por la CIA en este programa fue sometida al departamento de Justicia y ellos estimaron que, en circunstancias particulares, y con garantías, era legal", afirmó Tony Fratto, portavoz de Bush.
Lo que hace Estados Unidos con este tipo de acciones no es más que solventar su campaña xenófoba, y de esta manera justificar todos sus crímenes de lesa humanidad. Como sostiene la periodista Stella Calloni, estas decisiones le permiten a Washington “exhibir esos prisioneros (los de Al Qaeda, por ejemplo) como "terroristas" y justificar así su guerra ilegal. Es la lógica de un imperio brutal”.

Si bien el tema de las torturas y las aberraciones estadounidenses a los derechos humanos son de por sí un tema importante para tratar, desde este blog lo que se quiere poner en manifiesto es el trato que se le da a este tipo de informaciones en los medios masivos nacionales. La noticia de que Bush planea vetar el proyecto de ley de los demócratas de prohibir el submarino ocupó apenas media página en Clarín, y fue una de las últimas noticias de la sección El Mundo. Vale la pena preguntarse qué hubiera pasado si en lugar de Bush, la decisión la hubiera tomado, por ejemplo, Hugo Chávez. No hace falta mucha imaginación para suponer que la noticia hubiera estado en tapa de todos los diarios argentinos, y Chávez hubiera recibido calificativos no menores de asesino, represor y dictador…

jueves, 17 de enero de 2008

Las FARC y los rehenes

El intercambio de rehenes entre las FARC y el gobierno colombiano es uno de los temas más candentes de la actualidad internacional y principalmente de nuestra región. No se trata únicamente de un problema interno en el país cafetero, ya que también tiene efectos en todo el resto de América del Sur y, por qué no, Estados Unidos.
La reciente entrega de dos rehenes por parte de las FARC al gobierno colombiano que tuvo lugar la semana pasada (en realidad fueron entregadas en custodia a Venezuela), tuvo diferentes interpretaciones en los medios periodísticos occidentales, principalmente en los argentinos. La mayoría optó por remarcar el tortuoso y penoso camino que la abogada Clara Rojas y la ex concejal Consuelo González debieron transitar para quedar finalmente en libertad. También se remarcaron las palabras de las dos ex cautivas, quienes contaron, entre otras cosas, los mecanismos represivos y de persuasión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas. “Nos asustaban con tarántulas y culebras y contaban historias de gente que se han perdido en la selva y cómo morían en forma dramática”, comentó Clara Rojas luego de su liberación. Aunque en el diario Clarín salió en recuadro y se presentó como una crueldad de la guerrilla, no parece ser más que una simple intimidación para que no pretendan escapar, cosa que ya habían intentado… La misma Clara también afirmó que “el gran peligro era cuando se escuchaban los helicópteros del Ejército. Hubo bombardeos permanentes” durante el proceso de liberación de los rehenes. Aquí hay una de las claves de la cobertura periodística del hecho. Lo que declaró Rojas no quiere decir ni más ni menos que lo siguiente: el Gobierno colombiano de Uribe no quería que la liberación se llevara a cabo. A ellos, claro está, les convenía que aparecieran muertas. Por eso se dedicaron a bombardear y a llevar a cabo acciones militares en lugares donde sabían que iban a estar las rehenes, prontas a ser liberadas. Por esto es que se retrasó tanto la entrega, y es por eso que Hugo Chávez cargó una y otra vez contra Uribe y los Estados Unidos (siempre en el medio, ¿no?). No se escuchó ni se leyó nada similar al respecto, excepto en alguna nota de Página 12.
Otro de los puntos a tener en cuenta en esta cuestión es la posición de las FARC, quienes mantienen controlada una gran parte del territorio colombiano, y con apoyo de los pobladores, algo así como pasa con el EZLN en México. El Ejército colombiano y los paramilitares (grupo de mercenarios entrenado y sustentado económicamente por Colombia y Estados Unidos) se dedican a bombardear sistemáticamente a la guerrilla. El Plan Colombia, un artilugio promocional del gran país del norte, no es más que una mera cortina de humo para el verdadero plan que llevo a cabo Estados Unidos: el control total del canal de Panamá, el control del tráfico de droga desde Colombia, se posiciona cerca del Orinoco y el Amazonas de cara a la futura falta de agua dulce en el planeta y forja una tenaza militar y paramilitar sobre Venezuela.
Con respecto a Venezuela, queda destacar que la entrega de las dos rehenes no se podría haber llevado a cabo sin el apoyo y la intervención de Hugo Chávez quien, una vez más, mostró su apoyo a las FARC y al ELN, pidiendo que no se los considere terroristas, sino más bien como ejércitos.

sábado, 5 de enero de 2008

Hola, somos el PRO

“Si usted piensa que la delincuencia se soluciona antes que la pobreza y la exclusión y la marginación social que la crean y que esa solución pasa por los gendarmes iracundos de la seguridad, con sus armas y sus granadas y sus garrotes, usted tiene una ideología, que es de derecha. La “ideología de la seguridad”: liquidar la delincuencia sin solucionar sus causas. Si usted cree que para solucionar la delincuencia hay que priorizar la eliminación de la pobreza (sin descuidar la seguridad que el Estado, naturalmente, debe dar al ciudadano pero sin exacerbarla para arrojar los lobos a los hambrientos que delinquen), dar trabajo, educación, incluir a los marginados, usted necesitará, desde luego, gestionar esa política, que no es de derecha.”
Esto que escribió José Pablo Feinmann (http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-95912-2007-12-09.html) en una contratapa del diario Página 12 hace más de un mes no es más que una simple muestra del pensamiento PRO de los actuales gobernantes de la Ciudad, y de muchos de los que votaron esta propuesta. Se tendrán que preparar, entonces, todas las personas “de bien”, todos los ciudadanos de Palermo, Belgrano y Barrio Norte que apoyaron este proyecto sin cuestionar sus formas ni sus aplicaciones. Se tendrán que preparar para que sus hijos adolescentes se enfrenten al rigor policial cada vez que van a bailar, o cada vez que se los intercepten de noche en grupitos o en soledad. Se tendrán que preparar ustedes mismos para los mil y un controles policiales en las calles, para el maltrato con tinte autoritario de los gendarmes uniformados. Se tendrán que preparar, en fin, a entregar parte de la libertad que se supieron ganar durante los últimos 24 años.

Viendo los hechos de los últimos días, un par de cosas van quedando claras (esto para los que cerraron los ojos y no quisieron ver lo que se les venía con la política PRO). Macri y su grupo de administradores se dispone a hacer en Buenos Aires lo mismo que se hizo durante la década menemista a nivel nacional: achicar el Estado siguiendo el sistema neoliberal. El reciente cesanteo de más de 2000 trabajadores municipales no es sino una pequeña muestra de las medidas que implementará el ex presidente de Boca y su compañera, la inefable Gabriela Michetti. Como si la Ciudad estuviera en plena crisis económica, la solución PRO es la de echar a gran cantidad de empleados públicos (en lugar de crear empleo, crean desempleo, por si no se avivaron). Ni que hablar de lo que hicieron en el ámbito cultural, un área que genera “pérdidas” según la forma de ver las cosas la Administración Macri (a un gobierno de un país del norte también se lo menciona así, ¿no?. Administración Bush, como si no fuera un país el que está decidiendo sus avatares, sino un grupo de técnicos).
Cabe destacar, para los más distraídos, o para los que no quieren ver, que durante el Gobierno de Aníbal Ibarra la Ciudad, no sólo no daba pérdidas, sino que tenía superávit. Lo fácil sería echarle la culpa a Jorge Telerman, pero si usted se pone a mirar el gabinete del ex vicejefe devenido en Jefe de gobierno, se dará cuenta que la gran mayoría de esas personas provienen del macrismo (¿Co-gobierno?).

jueves, 20 de diciembre de 2007

Bases militares estadounidenses en la región

Uno de los temas que se le escapa a la agenda periodística argentina, es el de las bases militares estadounidenses en la región. “En algunos lugares de sudamérica” dirá usted, ingenuamente. Sí, contesto yo, pero también en la Argentina. ¿Lo sorprende esta afirmación? No debería. La política imperialista estadounidense no se terminó a principios de los `90 con la caída del régimen soviético y la culminación de la Guerra Fría. No finalizó, claro está, sino que cambió su imagen y sus métodos. Como ya no había un enemigo al cual combatir (¿hace falta que aclare que estoy hablando del Comunismo?), EE.UU tuvo que transformar su modus operandi y adecuarse a la realidad actual del mundo. Las nuevas guerras en contra del terrorismo y el tiranismo en el Medio Oriente no son más que una casi obvia excusa para hacerse cargo del petróleo y controlar territorio cerca de dos de sus posibles enemigos a futuro (Rusia y, principalmente, China).
En los últimos años, y con diferentes excusas, Estados Unidos consiguió ubicar bases militares en varios de los países latinoamericanos. Las bases de Manta, en Ecuador, y la de Tarija, en Bolivia, son simples ejemplos ya conocidos por la mayoría. Los soldados norteamericanos se pasean por estos territorios extranjeros como por el patio de su casa gracias a los acuerdos que hicieron los gobiernos lacayos y neoliberales que tuvo la región recientemente. El Plan Colombia es otro de los instrumentos adoptados por el imperialismo yanqui para instalarse de lleno en Sudamérica. Con el pretexto de “controlar el tráfico de drogas” el gobierno de Bush prepara a la región de cara a los tiempos que se vienen. Cerca de la “amenaza” de la Venezuela de Chávez, pero también cerca del Orinoco y del Amazonas, Washington se posiciona para encarar los conflictos venideros. Es aquí donde aparece el verdadero porqué de la preocupación del país con la mayor infraestructura militar de la historia en nuestro casi indefenso subcontinente: las reservas de agua dulce.
Más al sur, sabida es la simpatía entre los yanquis y nuestro vecino, Chile. Claro está que por el trasandino país no debe preocuparse el gobierno de George W. Bush, que lo único que le falta para aliarse definitivamente al imperialismo yanqui e inglés es declararse Estado Libre Asociado. La estrategia estadounidense en el caso chileno es simple: armarlo hasta los dientes. En los últimos años, Chile fue el país que más gastó en América del Sur en armamento de última tecnología, entre lo que se destaca la compra de aviones caza F-16, utilizados actualmente por la marina estadounidense. ¿Para qué querrá Chile semejante poderío militar? ¿Para una guerra con Bolivia por el reclamo del país del altiplano por una salida al mar? No parece lógico…
Pero volviendo a nuestra grandísima y queridísima Nación, he aquí lo que nos interesa: en los últimos años Estados Unidos fue instalando en la Argentina distintos asentamientos, no sólo militares, sino también de inteligencia para monitorear el país. Ushuaia, Bariloche, Buenos Aires y Salta ya no sólo deben jactarse de ser ciudades de la República Argentina, sino que tienen el privilegio de hospedar a agentes de la CIA y militares de distintos rangos de los Estados Unidos. La guerra por el agua aun no ha comenzado, pero desde el Norte ya vienen colocando sus piezas donde deben…
Sabrán responder el Grupo Clarín y las distintas radios y canales de televisión el porqué no tocan estos temas.

jueves, 13 de diciembre de 2007

La valija de Wilson

De repente, de la nada, como por arte de magia, un fiscal de Miami descubrió que la valija que le fue secuestrada al venezolano Antonini Wilson hace cuatro meses estaba destinada a financiar la campaña de Cristina Fernández. Que esa plata había sido enviada por Hugo Chávez, debido a la "excelente" relación bilateral entre nuestros países latinoamericanos. Claro que la información fue dada a conocer justo 48 horas después de la asunción de la nueva Presidenta argentina, y tres días después de la reunión en la cual se le dio forma al nuevo Banco del Sur creado por varios de los estados del cono sur... (Quedará para otro momento el análisis de por qué Chile y Colombia, los dos países más cercanos a Washington de la región, no son parte del acuerdo…)
Es poco serio creer que los Kirchner necesiten plata de afuera para hacer su campaña. Realmente es poco serio. Queda en cada uno creer o no en los servicios de información estadounidenses, que lo único que hacen es desprestigiar a Chávez por su política antiimperialista.
No es la intención de este blog defender a Cristina K. ni posicionarse del lado oficialista de la cuestión, sino dejar en claro el objetivo de los Estados Unidos con este tipo de informaciones. La Argentina es un país que vivió los últimos 30 años atado a las decisiones de Washington y del FMI, y es inadmisible que gente que habita dentro de este país (y no me refiero a los grandes empresarios que hicieron y aun hoy hacen negocios, beneficiándose de las políticas neoliberales de los sucesivos ministros de Economía) se agarre de este tipo de informaciones para desprestigiar a un gobierno democrático que todavía no ha hecho absolutamente nada (ni bueno ni malo, valga la aclaración). Basta prender la tele y ver TN o el noticiero de Telefé, o sintonizar Radio Mitre o Continental para escuchar a todos esos bocones que se hacen llamar periodistas levantando un misilazo político en forma de información lanzado desde el país más infame del norte. “Operación basura” llamó Cristina a este hecho y, por lo menos por esta vez, desde acá estamos de acuerdo. “Esta Presidenta no se va a dejar presionar”... Esperemos que sea verdad.

Editorial

Los grandes medios multinacionales de comunicación manejan la información a su gusto y antojo, siempre al servicio de sus intereses económicos y políticos. Esto no es nuevo, claro está, pero la mayoría de la gente se niega a aceptarlo y prefiere vivir en este submundo de mentiras y diversificaciones de la verdad en la que las grandes corporaciones nos tienen inmersos. Estos poderosos grupos capitalistas mantienen al margen a los que disiden con su ideología (más bien con los que impiden o tratan de impedir su negocio) controlando casi todos los flujos de información y censurando o desacreditando a cualquier humano que intente contradecir o poner en peligro esta gran empresa que es el mundo.
Pero su propio sistema de globalización ha dejado un hueco, el cual muchos, cualquiera, podría llenar. Internet, y en particular el blog, nos permite a los que aun creemos que hay otras alternativas, dar nuestra opinión, poner el eje en otras cuestiones que las oficiales e incluso inventar nuestras propias noticias. Éste será el objetivo de "Otra forma de ver los hechos", un blog creado con la única y mera motivación de la necesidad. La necesidad de decir otras cosas, o las mismas pero de manera distinta. La necesidad de no tener que escuchar, leer o ver siempre lo mismo, relatado por la misma voz pero con distintos tonos, escrito con la misma lapicera pero por distintas manos. En fin, la necesidad de ver otra cara que la del capitalismo.